UNAM (Ciudad Universitaria)

16 03 2012

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Propaganda negativa

12 04 2010




Empresa defiende monitoreo de spots

2 11 2009

José Gerardo Mejía
El Universal
Lunes 02 de noviembre de 2009
jose.mejia@eluniversal.com.mx

Aarón Porraz, presidente del Grupo Tecno defendió el pago por 26 millones de dólares que hizo el IFE a su empresa por el monitoreo de medios electrónicos en el país.

“Hay consejeros electorales, como Marco Gómez, que desconocen por completo la logística utilizada y solamente responden a intereses externos y personales en medio del fuego amigo que hay en el organismo electora”, dijo Porraz.

Porraz consideró en entrevista con EL UNIVERSAL, que su sistema, similar al que usa el ejército israelí y el Cisen, es “el nuevo Big Brother de México, ya que tiene a todo mundo vigilado en la trasmisión de los mensajes políticos en medios electrónicos y que es un orgullo nacional”.

Previa licitación, el empresario montó el Centro Nacional de Control y Monitoreo (Cenacom) del IFE, que ha sido cuestionado por sus retrasos para operar el conteo de los spots en entidades, y por supuestas inconsistencias en las elecciones en Tabasco y Coahuila, celebradas el 18 de octubre pasado.

Porraz dijo que hay un desconocimiento generalizado de las autoridades del IFE sobre el sistema, lo que motivó críticas desde distintos sectores, incluido el Congreso de la Unión. El empresario señaló a Marco Baños como uno de los consejero que han cuestionado el sistema de monitoreo. Baños calificó de grave el señalamiento, por lo que advirtió que revisará si hay consecuencias legales.

“Creo que la empresa debe aclarar quién está detrás de ella, porque resulta muy raro que una persona contratada por el IFE esté haciendo declaraciones y eso me parece muy grave. Mis posiciones han sido claras sobre el tema”, dijo Baños.

IFE calculó mal

El empresario explicó que el sistema fue instalado con algunos meses de retraso porque el IFE entregó tarde algunos inmuebles. Dijo que sólo calculaban una decena de usuarios simultáneos, pero sumaron más de 700, lo que “prostituyó” el acceso, situación que se complicó porque se pedían distintos tipos de monitoreos.

En respuesta, el consejero electoral Marco Gómez consideró como “una serie de estupideces” los comentarios de Porraz y advirtió que deberá probar sus acusaciones, ya que de lo contrario, revisará las vías legales porque “está dañando seriamente mi imagen”.

“Debe cumplir a lo que se obligó en el contrato y entregar los reportes que tienen que ser diariamente. No tenemos reportes de campañas, precampañas e intercampañas, tampoco informes definitivos en el caso de Tabasco y Coahuila.

“Monitorear no es grabar, monitorear significa sistematizar y presentar reportes, lo mismo que hace cualquier empresa en el mercado, ya que si no lo hace, pues no sirve y la lectura que le quiera dar me tiene sin cuidado, lo único que me interesa es que este tema se corrija para enfrentar los comicios de 2012 sin turbulencias”, dijo Gómez.

Para el presidente del Grupo Tecno, Marco Gómez, cuestiona el sistema de monitoreo porque “él sale del IFE en 2010, se va como directivo de TV Azteca o al Partido Verde o como parte de una alianza entre los dos y eso, no es una situación oculta, ya que el origen es una multa histórica contra la televisora por no transmitir spots por los sistemas de cable”.

“Si logran desacreditarnos, echan abajo la sanción contra TV Azteca, a quien detectamos por un monitoreo que ordenó el IFE”, dijo Porraz.





Sí funcionó el sistema de monitoreo del IFE

27 10 2009

Por Aarón Porraz Capetillo, publicado en El Financiero

Verificación y Monitoreo en el IFE durante el proceso electoral federal de 2009: dos actividades sin precedente constituyeron un gran reto, ya que, además de implicar consideraciones técnicas de primer mundo en el contexto tecnológico, tuvieron que convivir con los escenarios políticos que resultaron de la Reforma Electoral de 2007, puntualmente en lo que se refiere al Sistema de Administración de los Tiempos del Estado.

La reforma, además de limitar las posibilidades que tenían los partidos políticos de contratar directamente propaganda en radio y televisión, dotó al IFE de elementos contundentes para regular las actividades de los medios en esta materia.

Lo anterior, por obvias razones, desata una guerra sin precedente en los medios: primero, contra la Solución Integral que el grupo de empresas que represento asumió la responsabilidad de entregar, como resultado de la licitación pública realizada en 2008; y segundo, contra las máximas autoridades del instituto.

Este enfrentamiento y las declaraciones me dejan, como ciudadano, incapacitado en este momento para dar un punto de vista que logre hacer que la opinión pública, las instancias administrativas y legales tengan elementos claros para juzgar y calificar transparentemente los hechos y sus implicaciones por las siguientes razones:

1) La tecnología adquirida por el IFE es una inversión rentable, que representa un activo para el Estado mexicano en la realización de futuras campañas electorales que se realizarán en 2010 y 2012, es decir, con un alcance en el corto, mediano y largo plazo.

2) El sistema de Verificación y Monitoreo funcionó extraordinariamente. A través del mismo, permitió sancionar a los medios y partidos políticos que incumplieron con las pautas establecidas en el marco legal que regula el IFE.

3) La tecnología de punta es una garantía para el IFE porque cuenta con un instrumento que detecta las infracciones en las cuales incurrieron concesionarios y permisionarios de radio y Televisión en tiempos electorales. Al mismo tiempo, abre un abanico amplio de posibilidades al gobierno y a la población.

Los señalamientos del Consejo Nacional de la Abogacía Ignacio L. Vallarta, a través de su presidente Miguel Arrollo, expuestos en los espacios noticiosos, el equipamiento del Sistema de Verificación y Monitoreo del IFE es patrimonio de los mexicanos, que fue y es utilizado para vigilar el cumplimiento de lo establecido en las leyes electorales y, es y será muy bien utilizado, al contar México con un equipamiento de lo más avanzado en el mundo y de excelencia. Se cuenta con un esquema rentable como pocos proyectos lo tienen y, sobre todo, que está visible a los ojos de toda la sociedad.

Hablemos en plata. Sí, efectivamente el Sistema costó casi 26 millones de dólares, pero con esta inversión se monitorearán todas las elecciones locales que vienen y, por supuesto, la federal de 2012 sin que represente un centavo de inversión adicional. Además, es muy importante citar que el IFE y los partidos dejaron de pagar por tiempo aire a las televisoras y radiodifusoras aproximadamente 420 millones de pesos, cantidad que se erogó en las pasadas elecciones de 2006; y las multas impuestas por el IFE a los partidos y particularmente a TV Azteca, superan los 200 millones de pesos hasta el momento.

Me pregunto entonces, ¿en donde no funcionó el sistema?

Es muy fácil desprestigiar un proyecto cuando el único interés es el dinero, sobre todo cuando se tiene el apoyo de una televisora que transmite en el ámbito nacional opiniones tendenciosas y sin fundamento. Miguel Arroyo ha citado en múltiples ocasiones que el sistema no funcionó, que fue un fracaso y que fue un derroche inútil de dinero público y que constituye una afrenta hacia los contribuyentes. Quizá y sólo para que los contribuyentes -quienes, dicho sea de paso, soy uno de ellos- nos sintamos seguros de lo que asevera el señor Arroyo, sería muy bueno que precisara con pruebas sus afirmaciones y transparentara sus intenciones e intereses. Esto nos daría credibilidad a todos, ¿o qué no?

Presidente del Grupo de Tecnología Cibernética





El monitoreo que sí funcionó

26 08 2009

Ricardo Becerra y Antonio Gamboa
El monitoreo que sí funcionó
19 de agosto de 2009

Como se sabe, la reforma electoral y constitucional de 2007 otorgó nuevas facultades al IFE para alcanzar una eficaz regulación a los medios de comunicación electrónica. Una de las nuevas tareas, de las más significativas, es la de instrumentar una verificación sistemática que pudiese documentar y comprobar los incumplimientos de la ley, ocurridos en las frecuencias de la radio y la televisión mexicanas.

Fue un objetivo muy ambicioso e inédito en México, tanto por su alcance —nacional— como por la precisión exigida: constatar que casi 2 mil señales radioeléctricas cumplan con las pautas ordenadas por el IFE durante la temporada electoral, además de dar cuenta —grabar— posibles infracciones cometidas en el difuso espectro radioeléctrico.

Esa labor de comprobación fehaciente, fue colocada en el Código Electoral (artículo 76, p. 7): “El Instituto dispondrá, en forma directa, de los medios necesarios para verificar el cumplimiento de las pautas de transmisión… así como de las normas aplicables respecto de la propaganda electoral que se difunda por radio o televisión”. Como el IFE no podía transferir esa responsabilidad (estaba obligado a monitorear en forma directa), tuvo que edificar un sistema tecnológico completamente nuevo, y esa infraestructura se puso en marcha durante el curso del proceso electoral 2008-09.

Si revisamos seriamente todo lo que esa tecnología debía hacer y todo lo que tenía que cumplir, veremos que el sistema funcionó y bastante bien. Corrobore el lector: se instalaron 150 centros en toda la República que grabaron durante toda la campaña mil 474 señales de radio y televisión, continuamente. Este sistema “marcó”, “puso huella”, a cada uno de los mil 900 promocionales que produjeron los partidos políticos en campaña para luego detectarlos y registrar la hora y la frecuencia en la que fueron transmitidos; todo esto fue grabado y almacenado para poder ser consultado inmediatamente o en archivo histórico; la cosa digitaliza las señales para ganar calidad, rapidez y espacio; el sistema está interconectado con las “pautas” es decir, con la orden que cada uno de los medios de comunicación debían transmitir (el día, el promocional, el partido) para comprobar el cumplimiento de la ley; genera reportes con la periodicidad deseada y es capaz de dar acceso a la grabación solicitada, en la hora y la frecuencia que se requiera, entre muchas otras funciones.

No obstante esta evidencia comprobable, el lunes pasado, una nota titulada “Monitoreo falló: IFE” publicada por Excélsior, da cuenta de una discusión ocurrida en el Comité de Radio y Televisión de la institución, donde se puso en cuestión una de las muchas funciones del sistema y una de sus características. Llamamos la atención: son dos asuntos, dos funciones entre más de veinte que el sistema debe cumplir. Lo controvertido fue: la generación de reportes entregables a los partidos políticos y la total automatización del sistema. Veamos.

El sistema proveyó la información para entregar cuatro grandes reportes durante el proceso comicial: el de precampaña nacional, el de la campaña local del estado de Sonora, el del periodo de Influenza y el informe general de la campaña electoral, todos ellos fueron conocidos públicamente por el Consejo General. Pero además, durante todo el periodo, los partidos políticos pudieron asistir al Centro Nacional de Monitoreo para consultar y verificar la transmisión de sus promocionales. Datos, información accesible, reportes de distinta índole, estuvieron al alcance del partido que los solicitó.

Y sobre la “total” automatización, debemos decir que esa tecnología no existe, no está en el mercado, por lo tanto el sistema no fue concebido así, ni por el Comité de Radio y Televisión, ni por los requerimientos de su diseño técnico ni en las bases de licitación (los documentos son absolutamente públicos). El sistema realiza sus funciones por sí mismo, por periodos continuados de 24 horas; sin embargo, y esta es la cuestión, un especialista debe intervenir necesariamente para vigilar la continuidad, establecer los posibles cambios ordenados a las pautas y validar la información que se detecta y almacena. No es automatización total, pero casi.

¿Y para que sirvió el sistema de monitoreo? Una vez más, el lector puede comprobarlo: el IFE emitió 563 requerimientos de información sobre incumplimientos que detectó el sistema en la transmisión de promocionales electorales a emisoras de todo el país (de febrero a julio); una vez desahogados los requerimientos, hasta julio, se turnaron 52 denuncias por faltas de modo injustificado y se abrieron así, igual número de procedimientos legales para sancionar; de igual manera, el sistema proporcionó las grabaciones para corroborar diversas transmisiones con propaganda denigratoria, propaganda gubernamental ilegal, adquisición de espacios en radio y televisión por parte de particulares con fines electorales, publicidad integrada, entre otros, con la precisión de hora, canal, fecha y el número total de promocionales emitidos.

El IFE ha entregado múltiples requerimientos de información (testigos, reportes, etcétera) a las distintas salas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Además, el monitoreo proporcionó la totalidad de las grabaciones de 348 noticiarios transmitidos durante el 3 de mayo al 1 de julio, en todos los estados de la República. Por eso, es francamente difícil sostener que el monitoreo del IFE “falló”.

No está de más anotar que la adquisición de esta tecnología fue resultado de una licitación pública internacional, transparente y abierta a cualquier auditoría y que costó 348 millones de pesos, mucho menos de lo que el IFE gastaba antes de la reforma electoral, en la compra directa de promocionales durante las campañas. Así las cosas, las evidencias, los datos, informan que el monitoreo, ese instrumento indispensable para la regulación a los medios electrónicos…, funcionó.

  

Gamboa es director Ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos, del IFE. Becerra, es jefe de asesores de la Secretaría Ejecutiva del propio instituto.